Aquí en latino América en especial en Colombia todo lo malo se repite una y otra vez, olvidamos muy fácilmente los atropellos a que somos objeto por parte de la clase dirigente, no somos conscientes de nada.
uno habla con personas de todas clases sociales, culturales y religiosas, mas con todo respeto, pareciera que no piensan, no exponen nada, muchas veces solo se dirigen con burlas o chismes, algunos personajes son supremamente groseros, otros se refieren a las novelas de la noche anterior. Otros comentan eufóricos el gran fracaso; que realmente representa el fútbol y el deporte en nuestros países, o los gomosos fans que se compran boletos para deficientes y desactualizados eventos musicales extranjeros a sabiendas que se quedan sin dinero; afectando sus gastos familiares, dineros que se van definitivamente fuera de la economía del propio país, que solo sirven para engrosar las arcas y la economía de los artistas y empresarios del hemisferio norte. como se dice vulgarmente "esa platica se perdió".
Cuando se plantea un tema político social o espiritual en una reunión los latinos son supremamente tercos, en el sentido de que solo repiten en su discusión, lo mismo que les informa el cura, el pastor y las cadenas mediáticas malsanas de televisión del estado, exactamente RCN, Caracol, y City tv, estas personas hablan sin exponer algo nuevo o diferente, antes se enfadan en contra de la persona que tome o arguya una posición esperanzadora, independiente o diferente a la que ellos recibieron de sus fuentes "creíbles" de desinformación, como lo es la religión, la prensa, televisión o la radio. ¡Se sienten atacados! tanto que para superar su falta de argumentos; engruesan la voz y suben el tono al estilo político demagogo y mentiroso, (intervenciones que tanto agradan a las noveleras damas en una reunión, "como sabe pedrito de actualidad" o que hable pedrito), esto de tomar la vocería en temas profundos por parte de un charlatán, es bien visto en los ámbitos políticos y periodísticos en los países subdesarrollados, En unas palabras, es difícil un cambio de conciencia mientras exista la intervención mediática; planeada sutilmente por un estado capitalista sobre las mentes débiles como la del latinoamericano promedio. “Corrijo” no todos son así, pero la gran mayoría encaja en esta tendencia.
Por este motivo se difaman propuestas de cambio social, se critican las buenas alternativas políticas e independientes o se descalifican ideas progresistas, tanto de candidatos mejor preparados para cargos administrativos, la información en latino América no tiene sentido social práctico, en esta se pierde la seriedad y la coherencia, se oculta la realidad; se amenaza a los que quieran
presentar la verdad,con la censura, en ultimo caso con el cierre total.
Por este motivo no se le puede creer a los medios de información tradicionales, puesto que están intervenidos por los lacayos aristócratas apegados a las grandes corporaciones extranjeras, las que presionan a periodistas ambiciosos y corruptos que dirigen estos medios, para que ciertas ideas que pueden poner en peligro sus ganancias fraudulentas, no les afecten.
Ahora me pregunto ¿de qué se quejan los contras revolucionarios en Irán, Corea del norte,Venezuela, Nicaragua o en Cuba, respecto a la libertad de información? Creo que estas personas están totalmente erradas porque consideran que libertad de información quiere decir apoyo a la corrupción, a la falta de conciencia y honradez, la anarquía económica. Cuando la propaganda mediática se aplica en la toma decisiones en favor de un reducido clan económico determinado y no en favor de la comunidad es un veneno sin antídoto.
Por este motivo estoy de acuerdo con estos países en la vigilancia total de la información, sobre todo en estos dudosos noticieros e informativos, que tergiversan los conceptos sociales y nacionalistas, realzando decisiones en favor de un grupo económico especifico, dando alas a la corrupción, como panaceas de libertad y democracia.
Pregunto: ¿acaso no sabemos
cuál es la raíz moral y ética del periodismo? Creo que todo lo ignoramos o nos hacemos los brutos y pendejos.
resumen extraído del libro
Crónicas de Minga
